miércoles, 19 de octubre de 2011

Feria de Soncillo, provincia de Burgos

Se registraron 732 animales, la mitad que en 2008 y 200 menos que el pasado año, y se vendieron tan solo 357, de los que un 61% se fueron a parar al mercado de Cantabria


Los caballos llegaron al alba y muchos permanecieron hasta más allá de las tres en Soncillo.
A. Castellanos / Soncillo
La Feria de San Lucas volvió a congregar ayer a la práctica mayoría de los ganaderos de la comarca, pero volvió a perder un año más en participación y ventas. De los 1.410 caballos de 2008 se pasó a 1.372, en 2009, y a 925, el pasado año. Ayer la cita equina en Soncillo registró la entrada de 732 caballos y las ventas fueron igualmente menores que en años anteriores al descender a 357 ejemplares frente a los 450 vendidos el pasado año, según los datos facilitados por los servicios de ganadería de la Junta de Castilla y León. De nuevo, el mercado cántabro fue el que se llevó el 61% de los animales, mientras que los tratantes de la zona mediterránea, que hace unos años cargaban grandes camiones con destino a cebadores de Castellón, Valencia o Zaragoza, ayer apenas realizaron transacciones testimoniales, al ir solo 17 animales a Aragón; 3, a Tarragona; y 29, a Valencia. La Rioja, Navarra, y el resto de Castilla y León fueron los restantes destinos de los potros de hispano-bretón, que mayoritariamente se vendieron.
En el otro lado de la balanza, la feria tuvo una parte positiva, el repunte de los precios, que alcanzaron de 240 a 300 euros, para los potros, cuando el pasado año no superaron los 200 euros, y de 420 a 480 euros, para los quincenos, que en 2010 salieron por unos 300 euros de media.
Las explicaciones fueron muchas. Algunos ganaderos comentaban que se habían realizado transacciones la víspera y en las explotaciones en días previos a la feria antes de que llegue el invierno y los potros no puedan estar en el monte. Mientras, el jefe de Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, Baudilio Fernández-Mardomingo, que no quiso perderse la feria, considera que el hecho de que se estén cebando ya en la provincia de Burgos un total de 500 potros, resta participación en la feria, dado que los ganaderos están tratando de «obtener el valor añadido y vender directamente para el consumo». En esa línea de trabajo se encuentra la Asociación de Criadores de Hispano-Bretón de Burgos, que sacrifica del orden de 150 potros al año, gracias al convenio logrado con las nueve carnicerías del grupo AMICAR de Burgos. Fernández-Mardomingo destacó que «la asociación está haciendo muy bien las cosas» y avanzó que «está tramitando la creación de una marca de garantía colectiva de carne de potro de hispano-bretón, que será muy importante para separar el grano de la paja, porque se está vendiendo carne como de aquí y no lo es». «Se trata de animales seleccionados, de gran calidad, con madres incluidas en el árbol genealógico», concluyó.

Fuente: http://www.diariodeburgos.es/

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